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MEPHS

¡Qué tal Prof. Pablo, queridos bloggeros y demás público que visite este blog!
Nosotras somos alumnas de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, y actualmente cursamos el tercer trimestre de las carreras de Comunicación (Denisse) y Sociología (Zaira y Laura). El curso de este trimestre es titulado "México, Economía, Política, Historia y Sociedad" (de ahí el MEPHS); y como trabajo de investigación a realizar en este pequeño ciclo, nos apegamos por una cuestión que a todos nos interesa: el comportamiento de la juventud mexicana y su influencia gracias a la industria cultural de masas. Nos atrajo mucho la transición de la década de 1945-1955 a 1956-1965; el cambio que se muestra en la sociedad joven tanto en el cine como en la música; de cómo estas expresiones han dejado a un lado su expresión artística para volverse un instrumento de control y poder, pero que no obstante, estamos apegada a ello porque logran cumplir su función de "entretener". Así, hemos identificado dos íconos de estas distintas generaciones: Pedro Infante y Enrique Guzmán. A través de este trabajo, utilizaremos algunos términos como "modernidad y desmodernidad", "nacionalismo y globalización"; además de que, queremos darles una probadita de la cultura mexicana en la industria cinematográfica y discográfica de esta época. Esperamos sea de su agrado.

Introducción

El objetivo principal de nuestra investigación, es demostrar que la sociedad mexicana, en este caso la juventud, siempre se ha visto influenciada en su manera de comportarse, a través de la industria cultural de masas; en específico, la industria del cine y de la música. Dicha industria cultural de masas, suele crear "iconos" que representen a la sociedad, la cual, implantará en ellos sus sueños, sus motivaciones y sus más profundas emociones. Abarcaremos aquel México de mitad de siglo XX, de 1945 a 1965, que son los años en donde podemos ver se da una gran muestra de lo anterior; además de reflexionar sobre otro tipo de cuestiones como el del "paso a la modernidad" y en donde también podremos encontrar la existencia del nacionalismo y la globalización.
Para esto, primero habremos de analizar psicológica y sociológicamente el significado de la juventud, así como qué es y cómo se crea un “ícono” en el que forjará sus ideales y sus sueños.
Posteriormente, nos adentraremos en el marco histórico mundial, en el cual explicaremos un poco a cerca de la creación de la comunicación de masas, abarcando desde sus inicios al finalizar la primera guerra mundial; cómo se desarrollaba en su contexto mundial y qué sucesos históricos definían la época; asimismo, abarcaremos el contexto político de México en la época de 1945-1965, periodo por el cual se define nuestro trabajo.
Seguido de ello, daremos inicio a la teoría de nuestro tema mostrando algunos de los antecedentes de la música del cine en México a partir de la década de los treinta (anterior a lo que abarcaremos), para darnos una idea de lo que ocurría tanto en la música, como en cine.
Así, comenzaremos a hablar del época de oro del cine mexicano y su relación con la sociedad; para posteriormente, hablar de un ícono de la música mexicana y de la época del cine de oro: Pedro Infante. Primero, daremos algunos datos biográficos de este personaje para continuar explicando cómo fue que se inició en el cine gracias a Ismael Rodríguez y cuál era el contexto que manejaban en las historias de sus películas. Seguido de esto, revisaremos cuál era la música que se mostraba en éstas, así como quien y las componía y cómo influían en la gente. Para ello, mostraremos algunas de las letras de sus canciones para analizarlas, dándonos una idea de lo que la sociedad escuchaba en la época e intentar demostrar que tenía un fuerte impacto en la sociedad.
Con lo anterior, haremos un análisis de la época y nos cuestionaremos el cambio que surge a partir de la muerte de Pedro Infante en 1957, la aparición de la televisión y la influencia de la cultura Norteamericana implantando un nuevo de estilo de vida, sobre todo la juventud, en donde principal muestra de ello se vería en las películas acompañadas por el ritmo del rock and roll. Nos cuestionaremos también, si en este aspecto se intenta dar un paso hacia la “modernidad”, agregando un pequeño análisis sociológico de esta, con respecto a la industria cultural de masas.
Después mencionaremos la aparición de nuevos grupos musicales –mostrados a través de las películas- tales como los “Teen Tops”, el cual causaría sensación y de donde saldría otro ícono de la música y el cine en México: Enrique Guzmán, para luego hacer un último análisis de la “nueva época” de 1958-1965..
Finalizaremos con una comparación del comportamiento de la juventud de 1945 a 1956 con respecto a la juventud de 1958 a 1965. Analizaremos cómo estos se han visto influenciados gracias los medios de comunicación de masas, así como cuáles han sido los factores que han sido el pretexto para expresarse y demostrar sus emociones y pensamientos; todo esto, con base en as películas de la época y las letras de canciones que hicieron vibras a dos generaciones aparentemente muy distintas.

1. La juventud.

1.1. Aspectos psicológicos y sociológicos de la juventud.


Esta etapa se distingue por la maduración de la conciencia del yo, es decir, de la reflexiva conciencia de sí mismo. Una mezcla de idealismo en los principios y de inconstancia en el carácter, de inexperiencia, de sentimiento de la propia fuerza y de complejos de inferioridad; de sobrevaloración de sí mismo y de cobardía ante los hombres, de ausencia de candidez y de infantilismo.
Existe en esta etapa, un instinto de libertad que va acompañado con demasiada frecuencia de una preocupación hipersensible por asegurar el ejercicio del libre albedrío, entendido todavía de un modo bastante externo, y de una tendencia a la terquedad y a rebelarse contra toda limitación y freno.
Es obvio que las características psicológicas de la juventud no dejan de tener incidencia social. El joven se reconoce como distinto, y, por tanto, reacciona. De ahí que, sociológicamente, se tienda a relacionar a la juventud con la actitud de insatisfacción y rebeldía. En ese punto insisten diversos sociólogos contemporáneos que ven en ello, además, una consecuencia de la aceleración histórica que trae consigo el desarrollo tecnológico con los cambios que produce y la consiguiente facilidad de mayores conflictos generacionales.
La moda suele estar dirigida primordialmente al gusto juvenil, razón por la cual ambos conceptos suelen vincularse. Es cierto que los jóvenes que aún no ejercen actividad remunerada, reciben de sus progenitores cierta asignación semanal o mensual para sus gastos. De este modo poseen cierto poder de compra, que es explotado y constituye un auténtico mercado específicamente juvenil: bebidas, discos, revistas, trajes, etc. Este poder de compra de los jóvenes configura a la juventud como un evidente mercado de diversiones, de cosas no necesarias en sí mismas, pero que favorecen la creación de nuevas industrias.
Se advierte de otra parte, y como consecuencia de factores muy complejos, una cierta debilitación, y en ocasiones crisis, de la autoridad familiar, y, a veces, de los valores. De ahí la tendencia de sectores de la juventud que actúan como si pretendieran crear una cultura autónoma, desligada de la tradición precedente o en polémica con ella. Crean sus propias canciones, inventan sus propios vestidos e incluso sus propios vicios y virtudes, que quieren que sean diferentes a los de una sociedad que no les gusta. Surgen movimientos que son manifestación de un deseo de tomar responsabilidades y hasta de protagonizar el rumbo de la historia, y, otras veces, de simple protesta. La fiebre de vivir que siente parte de la juventud es la manifestación dinámica y agresiva de una real inadaptación social.
Así, el comportamiento colectivo de los jóvenes, tiene importantes efectos sobre la cultura de las sociedades y las transformaciones de los valores y costumbres. Frecuentemente los movimientos juveniles asumen formas contraculturales, cuestionando activamente ciertos valores sostenidos por la generación de sus padres, generando conflictos entre generaciones.

1.2.El por qué de los ídolos de la juventud.

El imperialismo y las clases dominantes han tenido la capacidad de construir prototipos del hombre o la mujer a quienes se los debe imitar por sus cualidades o atributos. Estos íconos han sido de mucha utilidad para ellos, en el proceso de dominación de clase.
La burguesía tiene claro que un factor clave para ejercer y mantener su poder, es el elemento ideológico; no menos importante que su aparato represivo (entiéndase fuerzas armadas y policía).
Ese trabajo esta dirigido con intensidad a la juventud, como un sector estratégico, puesto que, por definiciones psicológicas y sociológicas, constituye un conglomerado social dinámico, contestatario y que busca el cambio. Los hechos actuales y la historia contemporánea, tanto universal como ecuatoriana, así lo confirman. Por sus propias cualidades, para influir de forma efectiva en la conciencia de los jóvenes se requiere de medios que sean de fácil asimilación y aprehensión.
Para eso recurren a determinados modelos, en su mayoría creados por ellos mismos, que resuman todas las características que el capitalismo y la globalización consideran y exigen que debe tener el joven actual.
Estos modelos referidos son los denominados íconos. Los íconos son complementos prácticos del sistema educativo para formar hombres y mujeres funcionales al caduco sistema capitalista. Diversidad de ellos son resaltados y difundidos por intelectuales y medios de comunicación burgueses. La distorsión de los conceptos sobre las características de los jóvenes, es un principio básico para dar forma a un ícono.
Así lo demuestra la televisión en su permanente difusión de series, telenovelas y programas provenientes del extranjero. La particularidad en el contenido de estas producciones televisivas es el reflejar tendencias y estilos de vida que no corresponden a la realidad de los estratos sociales populares de los países subyugados donde son exhibidas y peor aún de los niños y jóvenes pertenecientes a dichos estratos en particular.
La finalidad es impregnar en la subjetividad de aquellos, comportamientos propios de personas sin valores morales y extraños a su cultura nativa. Según lo expuesto por la televisión, instrumento bien utilizado por las clases dominantes para difundir su ideología, ser joven rebelde significa ser irrespetuoso, irresponsable y desordenado; es ser despreocupado por el estudio y además fumar mucho para demostrar seguridad y madurez.
Significa rendirle culto al cuerpo, ser machista, feminista, homofóbico y racista. Es despreciar la cultura propia y no sentirse identificado con ella. Es odiar la política (sobretodo la revolucionaria).
Otro medio de importancia para difundir, es la música y sus exponentes. Generalmente, las canciones contienen letras confusas y carentes de un mensaje instructivo sino más bien insinuante en lo sexual y acompañadas de ritmos que son de inmediato gusto de menores y adolescentes.
Toda esta agresión ideológica, y por ende cultural, tiene sus repercusiones en la juventud. Hay que analizarlas con seriedad y profundidad considerando cada elemento en particular y estableciendo relaciones con otros instrumentos ideológicos utilizados por la burguesía.

2. Marco Histórico.

2.1. Contexto Mundial: Medios de Comunicación de Masas.

Durante el siglo XX se produce un tránsito desde una sociedad industrial y burguesa, característica del siglo anterior, a una sociedad de ocio y consumo: la sociedad postindustrial (radio, cine, música grabada, televisión). La historia de los medios de comunicación de masas es el fruto de una compleja interrelación entre tecnología, situación socioeconómica, necesidades y relaciones sociales.
Se puede decir que su inicio está dado gracias al ascenso económico de Estados Unidos en la década de 1920, en donde se producen los cambios denominados “segunda revolución industrial”, desarrollando nuevos sectores industriales: la industria química, la automovilística y la electromecánica; dando lugar a nuevas formas de producción y organización del trabajo: el fordismo[1], que dio origen a la producción masiva, la estandarización, el trabajo en cadena; y el taylorismo[2] y el nuevo papel de la publicidad. Tales sucesos revelaron que era más fácil vender los productos que fabricarlos, por lo que el esfuerzo empresarial se desplazó hacia su comercialización (publicidad marketing, venta a plazos, etc.).
Dentro esta misma década, la constitución de la sociedad de masas requería ya un sistema de comunicación capaz de transmitir directrices de consumo a los diferentes estratos de la población. Este sistema surge precisamente de la denominada “revolución de las comunicaciones”. La revolución de las comunidades se inicia con el desarrollo del cine como medio masivo de ocio en las nuevas ciudades.
Fue a partir de la Segunda Guerra Mundial que se originó una serie de cambios en el mundo, entre otros, la derrotada Alemania quedó dividida en dos naciones: la República Democrática Alemana (Alemania Oriental), fundada en octubre de 1949 y que adoptó el régimen socialista; y la República Federal de Alemania que continuó bajo el sistema capitalista.
De las naciones vencedoras, quedaron como grandes potencias, a la vez que iniciaron una lucha por la hegemonía: la Unión Soviética y Estados Unidos. Ambas utilizaron como medios de enfrentamiento las transformaciones logradas por el desarrollo científico y tecnológico aplicado a la industria de la guerra, además de los grandes medios de comunicación de masas que llevan consigo la manipulación de opiniones y pensamientos. Los llamados “medios de comunicación masiva”: el cine, la radio y la televisión, difunden información a grandes grupos humanos, apoyados por avances tecnológicos, como la electricidad, la fotografía, la grabación y la videograbación.
Estos medios ponen al ser humano en contacto prácticamente con todos los países, hombres y culturas del mundo. Como resultado se da la aparición de la llamada “cultura de masas”, porque millones de seres humanos observan, al mismo tiempo y en distintos lugares, distintos programas televisivos o radiales.
Otra de las consecuencias importantes de la segunda guerra fue la formación en Europa de dos bloques de naciones, uno capitalista y otro socialista.
El desequilibrio existente entre las dos grandes potencias, especialmente en los aspectos económicos y técnicos, consolidaron una superioridad norteamericana que hasta hoy prevalece, ante la desaparición del bloque socialista.
“El concepto de "industria cultural", ciertamente complejo en la medida que implicaba a la economía, la tecnología, la cultura y el poder, fue creado por Adorno y Horkheimer para explicar y expresar su malestar frente a la producción de cultura como simple mercancía; en otras palabras, los sociólogos alemanes detectaron la capacidad del capitalismo para transformar los otrora "bienes culturales" en simples objetos de consumo masivo. En dicha concepción estaba implícita una noción del arte como "refinamiento cultural" al cual las masas podrían tener acceso sólo a través de una rigurosa educación estética.”
Ahora bien, “En el debate, principalmente académico, que la noción de "industria cultural" ha venido generando, se le suele asociar con dos niveles o formas de la cultura contemporánea, ambos profundamente interrela- cionados entre sí: la "Cultura de masas" y la llamada "Cultura popular". La primera suele asociarse, a su vez, con los diversos conceptos de medios de comunicación, difusión o información masiva. Debido a ello, no pocos autores han caracterizado a la "Cultura de masas" como aquella producida y monopolizada por los "sectores dominantes" con el fin de reafirmar su dominación o hegemonía mediante productos que pretenden "enajenar y despolitizar" a sus consumidores. La segunda suele relacionarse con una idea más difusa aún: la idea del "pueblo" que en un sentido más o menos estricto, tendría que ver con las clases y las
etnias subordinadas o sometidas a un proyecto económico político "ajeno a sus intereses históricos"


[1] El término fordismo se refiere al modo de pruducción en cadena que llevó a la prácticaHenry Ford; fabricante de coches deEstados Unidos. Este sistema que se desarrolló entre fines de la década del 30 y principios de los 70, supone una combinación de cadenas de montaje, maquinaria especializada, altos salarios y un número elevado de trabajadores en plantilla. Diez Espinosa, José Ramón. “Cap. 21 El derrumbe de la Civilización Occidental. La Crisis Social y Económica 1914-1919”, en Paredes, Javier. Historia Universal Contemporánea, Barcelona, Ariel, 2004, Vol. 2, pp. 517.

[2] El taylorismo corresponde a la división de las distintas tareas del proceso de producción que trae consigo el aislamiento del trabajador y la imposición de un salario proporcional al valor que añaden al proceso productivo. Este nuevo método de organización industrial, cuyo fin era aumentar la productividad y evitar el control del obrero en los tiempos de producción, lo inició Frederyck W. Taylor con el deseo de aprovechar al máximo el potencial productivo de la industria. Diez Espinosa, José Ramón. “Cap. 21 El derrumbe de la Civilización Occidental. La Crisis Social y Económica 1914-1919”, en Paredes, Javier. Historia Universal Contemporánea, Barcelona, Ariel, 2004, Vol. 2, pp. 517.

2.2. Situación Política en México.

En el año 1940 la presidencia de la República Mexicana estaba a cargo del General Manuel Ávila Camacho. En esta década, hubo un crecimiento en la industrialización determinado por la Segunda Guerra Mundial. Se siguieron varios modelos para dicha industrialización: modelo industrial basado en la producción agrícola (crecimiento de producción de bienes de consumo, modernización agrícola), modelo de sustitución de importaciones (sustitución de importaciones, industrialización creciente) y el modelo monopólico industrial (préstamos del extranjero invertidos en las industrias para apoyar a grandes monopolios poseedores de gran capital).
En el año de 1946 Miguel Alemán Valdés asumió la presidencia de la República. Durante su gobierno se construye la Ciudad Universitaria y la Escuela Nacional de Maestros es terminada.
Al término de 1952, Adolfo Ruíz Cortínez sube al poder y su mandato se extienda hasta 1958. Durante su sexenio se inician grandes obras de mejoramiento para la capital del país y se concede el voto a la mujer.
En 1958, Adolfo López Mateos llega a la presidencia. Durante su mandato, México entró al marco del crecimiento mundial logrando que crecieran los sectores de la economía, particularmente la industria y los servicios con capital nacional e importantes inversiones extranjeras.[1]
[1] Méndez (1994), “Problemas económicos de México”. McGrawhill, 3ª edición. México, pp. 104-105.

3 La época de oro del cine mexicano. 3.1 Antecedentes: La música en el cine.

La época de oro del cine mexicano sería un gran medio para introducir la música en México; ésta abarca el período comprendido entre las décadas de los años 30s, 40s y 50s del siglo XX.
Los ritmos afroantillanos llegaron a finales de los veinte y entraron al cine. No sólo las grabaciones de discos hicieron evidente el éxito de estos ritmos; su entrada al gusto anglosajón y a los lugares de baile prestigiosos, poco a poco, redundó en su consolidación.
Este proceso que, además de darse en México, se dio simultáneamente en Nueva York, Puerto Rico y Cuba, incluyó además, la estilización de muchas de las propuestas musicales dominantes. También hubo fusiones, como ocurrió con la unión de la rítmica afroantillana y el jazz.
La cantidad de figuras que comenzaron a asumir protagonismo en la escena musical, ya sea con sus voces o con su talento instrumental, incrementó.
Los principales ritmos de la época fueron el bolero, el danzón, el mambo, el cha cha chá, la guaracha, el mariachi y la música ranchera.
El bolero tiene raíces españolas pero fundamentalmente fue desarrollado en Cuba. En la primera mitad del siglo XX el bolero llega a México, el cual es difundido por radio, televisión y principalmente por el cine. Algunos autores representativos de este género son: Pedro Infante, Agustín Lara, Jorge negrete y Toña “la negra”.
Por su parte, el danzón, también tiene orígenes cubanos y se desarrolló a finales del siglo XIX. Llega a México en 1900 por Ignacio Cervantes. Este ritmo tuvo una gran difusión por los siguientes factores: a la nueva tecnología y el grabar los discos en acetatos, el radio, la televisión, el cine y cuando los discos de vinil fueron difundidos, tuvo un gran auge y éste llegó hasta los salones de baile.
El mambo es un estilo de baile que se desarrolló en los años 40 en Cuba; este ritmo tiene raíces africanas y esta combinada con el jazz y ritmos hispanoamericanos. Seria Pérez Prado quien introducción el mambo en México 1940; mientras que el cha cha chá, que tiene orígenes caribeños, llega a México gracias a Ricardo Luna (coreógrafo del teatro Margo, en los cuales se bailaban temas como “los Marcianos” y “La basura” entre otros). Al mismo tiempo el Loco Valdez lo puso de moda ya que salían temas en su programa “Variedades de la noche”.
La guaracha apareció a finales del siglo VIII, es un ritmo cubano el cual se caracteriza por su mezcla entre el son, rumba y cumbia. La guaracha se adoptó en México y fue muy famosa en las décadas de los años 1950, 1960, 1970 y principios de 1980 del siglo XX.
Por otra parte, los inicios del mariachi se dieron en Cocula, Jalisco. En un principio los grupos de mariachi estaban conformados por campesinos y rancheros, los cuales tocaban en bodas y eventos sociales. Hasta los años 30 lo mariachis eran grupos musicales locales de Jalisco, hasta que el grupo Mariachi Vargas de Tecatitlán, salió de Jalisco hacia la Ciudad de México en 1898. Ayudado por el radio, la televisión y, especialmente el cine, el mariachi fue difundido por la republica mexicana; y fue gracias a éste que se dio a conocer en el extranjero.
A partir de los años 40 se dio una gran movilización de masas del campo hacia la ciudad, ya que estos buscaban trabajos en la industria manufacturera; es ahí cuando el mariachi tiene una gran difusión, y éste llegó a ser un a parte definitiva de la cultural mexicana. Algunos de los grandes actores y cantantes de este género fueron: Jorge negrete, Pedro infante y Tito Guizar.En cuanto a la música ranchera, ésta se origino en el siglo XIX, y es uno de los géneros mas populares de México. Los temas predilectos de la música ranchera son la vida campesina, los caballos , la familia, bares y cantinas, y principalmente las tragedias amorosas. Los representantes más importantes de este género son: Jorge Negrete, Tito Guizar, Pedro Infante, José Alfredo Jiménez y Miguiel Acevedez Mejia.

3.2. El cine y la sociedad.

El cine nacional cobró auge en el período de 1930 a 1952, debido a la identificación que el público encontraba en los modelos propuestos en la pantalla: la maternidad, el adulterio, el trato varonil, la pobreza sobrellevada con honradez, la desgracia asumida como pobreza, etc., que encarnaban los ídolos. En la búsqueda de una identidad nacional, la gente encontró modelos de conducta, de lenguaje, de costumbres. Además de esto, el cine fue un medio de entretención para la gente, un deslindamiento de todos los problemas que ocurrían en el país y en general en todo el mundo. Por tal razón el cine tuvo tanta aceptación, además de ser algo innovador y creativo para el público.
En el cine mexicano de la década de los 40, aunque podrían encontrarse lejanas raíces en alguna subliteratura mexicana del pasado, esas cintas no tienen otra función que la de sustituir apresuradamente los éxitos de Hollywood. Mediante la pobreza económica y expresiva, el cine mexicano logra suplir las deficiencias de la industria norteamericana entregada casi por completo, en el periodo de la segunda guerra mundial, a la propaganda bélica.
Son otros los géneros que encuentran el apoyo popular; son otros los que responden a una necesidad verdaderamente nacional y pueden ser considerados como una expresión colectiva así sea en una segunda instancia. Las comedias rancheras, las películas cómicas y las epopeyas del barrio son las más significativas.
Pero al lado de ellos, coexisten otros géneros que a la luz de un análisis resultan también reveladores. Son las películas de añoranza porfiriana, las películas que narran folklóricamente la gesta revolucionaria y los dramas de familia.
Situémoslo históricamente. El final de los años treinta y el comienzo de los cuarenta, corresponde en México el paso de la inoperante y fugaz euforia proletaria del régimen del general Cárdenas, al equilibrio moderador del régimen del general Ávila Camacho. En esa época se consolida un nuevo tipo de clase media.
“Ella empieza a imponer sus gustos, a exigir alimentos, espejos en los cuales reflejarse, apoyos morales, aquellos que oculten su carencia de pasado aristocrático. Es una clase ferozmente individualista, aquejada de un nacionalismo vociferante, favorecedor de la penetración de capital extranjero.”(Ayala Blanco, 1968:53)
A pesar de que dos terceras partes de la población son todavía rurales, la clase media idealiza y deforma tanto el campo como su propio ambiente; se integra en los viejos hacendados cuyos privilegios han sido reducidos por la revolución de 1910, con los propios revolucionarios que han podido medrar gracias a la institucionalidad y burocratización de los movimientos sociales.
Las películas mexicanas que tratan el tema de la familia son el mejor reflejo del primero de estos estadios. En ellas, todo procede de inmediato, de lo personal afectivo y mezquino. La familia se disgrega sin perder su armonía, sin dejar de depender del núcleo fundamental y seguir teniendo el epicentro sobre los progenitores.
Para defender la justicia, el orden colectivo y la unidad familiar, películas como Cuando los padres se quedan solos elogian, aparte del sentimentalismo y la sumisión, el autoritarismo, el fingimiento, el engaño, el “honor”, el cubrir las apariencias, la seguridad inactiva, el poder monetario, el chantaje, el peor oscurantismo con pretexto religioso y la propiedad privada. Las películas sobre la familia constituyen el género más retrógrado que ha creado el cine mexicano.
Asimismo, hacia 1947, la atención del cine mexicano se dirige hacia la provincia. La comedia ranchera, y el melodrama pueblerino dominan. La ciudad existe solamente de manera excepcional; sin embargo, después de 1952 a nadie le interesaría indagar en si la acción de una película sucede en la ciudad o no.
En las películas de la ciudad se consiguió excusar la lucha de clases. Al hablar de Nosotros los pobres, omitimos deliberadamente su contenido ideológico para mencionarlo por separado. También se debió a que ese contenido se formula más explícitamente en la segunda parte del filme, Ustedes los ricos.
“Inquieto por las cuestiones públicas, el productor Ismael Rodríguez, advierte que en la ciudad hay curiosas y fotografiables diferencias sociales, induce que ello obedece a que un sector de la población transita en Cadillac y el otro usa overol, a que uno vive en residencias y el otro en vecindades. Descubre que existen pobres y ricos. Los guiones de tales películas pertenecen a paraísos de verdadera sociología barata.” (Ayala Blanco, 1968:121)
En este aspecto los pobres son buenos y los ricos son malos. Además, los pobres saben divertirse; se nota que son felices, alegres, dicharacheros, dignos, trabajadores, unidos, cumplidos, generosos, amables y devotos. El derroche de sus cualidades, compensa cualquier forma de la pobreza. Los ricos son todo lo contrario: egoístas, hipócritas, tristes y solitarios.
Así, en el paisaje cinematográfico, como un atributo del cine urbano, la figura borrosa es la del obrero, que confronta su honradez agreste con los hipócritas vicios de la clase alta. Los hermanos de Santa, Antonio R. Frausto y Joaquín Busquets, visten ropa de mezclilla y se adivina que trabajan en la fábrica de textiles de Loreto, cerca de Chimalistac. La casa del ogro es un ambicioso fresco urbano concentrado en un espacio desconocido hasta entonces, la casa de vecindad. De manera insólita, en la cinta figuran un solitario homosexual (Manuel Tamés), estudiantes universitarios, mujeres fatales, burócratas y ni un obrero. En un sexenio como el cardenista, en el cual se vivieron grandes agitaciones de la clase proletaria, el cine optó por documentar más bien un campo idílico y feudal.
Las relaciones de clase se equilibran con dos apoyos firmes: los pobres deben soportar estoicamente la humillación y no envidiar a los ricos; por su parte, los primeros pueden permitir que los ricos les rueguen compartir su alegría en las fiestas… para todos alcanza.
Lo anotado abarca todos los campos, el social, el político, el económico, el moral. El cine mexicano sólo se atreverá a incorporar a su pequeño mundo algún nuevo tipo de costumbres cuando, en la liberalidad de ellas, exista un retraso considerable respecto a las evoluciones de la mentalidad de la clase dominante.En 1942, el cine mexicano se hallaba en plena expansión. El cine era un excelente negocio y los estudios cinematográficos no paraban de producir películas con actores de moda. Era la afamada “época de oro” del cine nacional, cuando se tenía conquistado el mercado interno y se dominaba también el de Centro y Sudamérica.

4. Ícono de la música mexicana y el cine de oro: Pedro Infante.

4.1 Pedro Infante.

Nacido en Mazatlán, Sinaloa en 1917, hijo de un músico itinerante, fue el artista de la familia; emigrado a la ciudad de México en 1939, su paso por la radio, los centros nocturnos y el cine fue tan rutinario como el de muchos otros cantantes con tesitura de “crooner”, repertorio de boleros y baladas norteamericanas, y pretensiones de competir con Jorge Negrete.
“A diferencia de otros, Pedro Infante basó la idolatría de su público en el trato directo con la gente”.
Para muchos mexicanos, Infante representó lo que todo mexicano debía ser: hijo respetuoso, amigo incondicional, amante romántico, hombre de palabra. El concepto de "macho mexicano" alcanza en Infante una acepción difícil de comprender fuera de México. El "macho" de Pedro Infante no es un hombre violento, capaz de dañar a las mujeres. Por el contrario, es un pícaro simpático, inconstante, fiel a sus infidelidades, pero eso sí: con un gran corazón.
De la extensa galería de estrellas del cine mexicano, Pedro Infante es el único que ha podido unificar los sentimientos del público. Hombres, mujeres, adultos, niños, jóvenes y ancianos encontraron en él a alguien siempre cercano a sus vidas. Su popularidad ha seguido creciendo conforme se agregan nuevas generaciones de mexicanos.
Su interpretación de papeles en los que encarnaba personajes de charro -hombre del campo, muy diestro en el manejo del caballo que viste un traje especial compuesto de pantalones ajustados y chaquetilla, acompañado del característico sombrero ancho, de copa puntiaguda-, varoniles y mujeriegos, así como su ejemplar personificación de las gentes humildes, siempre sencillas pero llenas de valor, a la vez que sentimentales y nobles, le valieron la aceptación del gran público, que lo convirtió en el símbolo por antonomasia de la mexicanidad.

4.2 El cine mexicano: Pedro Infante e Ismael Rodríguez. (1945-1954)

Ismael Rodríguez había tenido la formación natural de los grandes cineastas de la época: una vida precaria en Estados Unidos, una cinefilia insaciable y periodos como asistente junto con sus hermanos.
Cuando pasó a dirigir, sabía desde cómo iluminar hasta cómo cargar una cámara y revelar un rollo; pero también tenía un mundo propio y una visión paródica, excesiva, paradójica, de las convenciones cinematográficas y del México que registraba y el que debía registrar.
El encuentro de Ismael y Pedro fue el de dos diamantes en bruto. Su equipo de apoyo cobró forma desde “Cuando lloran los valientes” (1945); lo demás fue la gradual elaboración del mayor mito de la cultura popular mexicana, por medio de un puñado de películas, cada una más audaz que la anterior, aunque reiterando siempre una inversión de roles: la mujer virilizada (la abuela regañona de Los tres García, la mujer-hombre enamorada del delicado García poeta en Vuelven los García; la niña empistolada y escupidora de Los tres Huastecos), la familia incompleta y en crisis, en la que Pedro Infante encarna los valores más firmes del mexicano atrapado en la precariedad (Los tres García son huérfanos; Nosotros los Pobres y Ustedes los Ricos es la saga de una familia desmenuzada por la miseria, de un Pepe el Toro que no puede enamorarse por atender a la sobrina y a su madre que acaba velando el cadáver carbonizado de su hijito; en La Oveja Negra, el hogar es un infierno desmoralizado por el patriarca). Todo sentimiento es expresado con demasía mediante argumentos barrocos y aun sorpresas tecnológicas (La triplicación del actor en Los tres Huastecos, las mutilaciones físicas de Nosotros los Pobres y Ustedes los Ricos). El inmenso público con que contaban Infante y Rodríguez era un homenaje a los que padecían mental y físicamente.

4.3 La música: Manuel Esperón y Pedro Infante.

Manuel Esperón González, es considerado el músico más prolífico de la época de Oro del Cine Mexicano.
Algunos críticos consideran que los pilares de la llamada época de Oro del Cine Mexicano, al menos en lo que se refiere al cine nacionalista han sido: Emilio "El indio Fernández" y los Hermanos Ismael y Joselito Rodríguez como directores; Gabriel Figueroaen la fotografía y Manuel Esperón en la música popular, seguido de Rubén Fuentes.
Se dice que el maestro Manuel Esperón le quitó "lo caprino" al canto de Pedro Infante, cuando en sus inicios el después llamado Torito se ponía nervioso ante el micrófono. La primera vez que iba a grabar, Infante tuvo que ser jalado prácticamente por Esperón porque era presa de "pavor" decía, mientras agarraba su chamarra para irse, que no servía para eso. Esperón asegura que conoció a Pedro cuando cantaba en un hotel de Reforma, en 1941, convirtiéndose en su amigo y alumno.
Con Manuel Esperón llegaron a la fama muchísimas canciones, en especial Amorcito corazón y Mi cariñito, todas las cuales requerían de mucha expresión, sentimiento y profesionalismo, que Pedro supo encontrar. Se le daban de forma natural y era extraordinariamente profesional; entraba al estudio y sacaba adelante lo que se proponía.
Con sus "tips", Infante mejoró mucho su emisión de voz, su estilo. Algunas de las canciones que Esperón hizo famosas con el cantante fueron: Amorcito corazón, No volveré, Mi cariñito, Mía, A la orilla del mar, Yo soy quien soy, Maldita sea mi suerte.
Infante no le pedía las canciones, sino que el propio Esperón se las daba. En general, éste último, componía los temas para las películas.
Esperón asegura que en Amorcito corazón se puede apreciar la voz de Pedro. La música es de él y la letra de Pedro de Urdimalas. El silbidito fue una aportación del director de cine Ismael Rodríguez. Se dice que fue un “detallito simpático” que le ayudó a la canción a crearse fama. En todo momento en el papel de galán, proyectó la imagen exacta que la publicidad esperaba de él. Pero lo cierto es que Pedro Infante fue portador sincero de una alegría contagiosa y se convirtió en un favorito de la tele y radioaudiencia cubana en su inimitable interpretación de la canción ranchera mexicana.

4.4. Algunas canciones de Pedro Infante

Amorcito corazón,
Yo tengo tentación de un beso,
Que se pierda en el calor,
De nuestro gran amor, mi amor;
Yo quiero ser, un solo ser,
Y estar contigo,
Te quiero ver,
en el querer
Para soñar.
En la dulce sensación,
De un beso mordelón quisiera,
Amorcito corazón,
Decirte mi pasión por ti;
Compañeros en el bien y el mal
Ni los años nos podrán pesar,
Amorcito corazón,
Serás mi amor.

Esta canción habla sobre una pasión y amor ferviente que se le tiene a la mujer, la cual es el soporte y apoyo del hombre. Es una declaración de amor.

Parece que va a llover
El cielo se esta nublando
Parece que va a llover
¡Ay mamá me estoy mojando!
Salí para la ciudad
Confiado por mi paraguas
Y ora que llueve ya
¡Ay! se me olvido en la gua gua
La gente se apresura por las calles de La Habana
El piñe se alborota pa’ llenar la palangana
Hae mamá como llovió a gozar como a gozar
La lluvia la manda Dios
El agua la da el alcalde
En casa la quiero yo
¡ay mama la quiero en balde!
La gente se apresura por las calles de La Habana
El piñe se alborota pa’ llenar la palangana
Hae mamá como llovió a gozar llovio a gozar
Aprieta el paso que nos vamos a mojar
Acércate mi prieta que te voy a acurrucar
Aprieta el paso que nos vamos a mojar
Cuidado con esa curva que te puedes derrapar
Aprieta el paso que nos vamos a mojar.

Esta es una canción que sin duda causó simpatía en el púbico, y que aún, si la recordamos, ubicamos perfectamente a Pedro Infante y el ambiente peculiar en que se desarrolló la escena. Es una muestra de "el carisma" que este ícono de la época mostraba ante la gente, y que sin duda, ésta le reconocía con admiración.

¿Qué te ha dado esa mujer, que te tiene tan engreído querido amigo?
Querido Amigo
Yo no sé; lo que te ha dado.
Cada que la veo venir
Se agacha y se va de lado,
Querido amigo
Querido amigo,
Más valía mejor morir
Si el propósito me hicierade dejarla,
tu destino es comprenderla y olvidarla
Cada que la veo venir
Se agacha y se va de lado,
Querido amigo,Querido amigo ... Querido amigo
Más valía mejor morir.

En esta canción, la mujer juega un papel completamente diferente a las anteriores, ya que en esta es malvada, y simplemente perjudica la vida del hombre, destruye lazos de amistad entre los amigos y se interpone en la felicidad de ellos. Es una muestra de la exaltación de la camaradería viril, o mejor dicho, de la complicidad machista. Esta canción se muestra en “A toda máquina”, y esta escena es el claro ejemplo de cuando dos machos de dedicaban a despreciar a las mujeres que se quitaban uno a otro y ellas, humilladas y ofendidas, se vengaban provocándoles celos con otros.

4.5 El final: la muerte de Pedro Infante

El 15 de abril de 1957 el país entero se estremeció al conocer la noticia de la muerte de Pedro Infante. Con él, simbólicamente, moría también la época de oro del cine nacional. Poco o nada quedaba ya de aquellos años de esplendor.
El cine mexicano experimentaba a fines de los cincuenta, una inercia casi completa. Las fórmulas tradicionales habían agotado ya su capacidad de entretenimiento; comedias rancheras, melodramas y filmes de rumberas se filmaban y exhibían ante un público cada vez más indiferente. Hasta Emilio Fernández, el director más importante de la época, comenzaba a repetir sus filmes: con otros actores, pero con los mismos temas.

4.6 Análisis

Analizando a la sociedad de 1945 a 1957, nos encontramos con una sociedad altamente conservadora, es decir, arraigada a los valores de antiguas generaciones, influenciados aún por la ideología posrevolucionaria. Como lo explicamos anteriormente, la sociedad circulaba en torno a los valores establecidos en la familia, en donde estaban bien definidos los papeles que jugaba cada integrante.
Los sentimientos, afecciones y amistades, resultan de una forma de relación de grupo. Nadie se atreve a reclamar una preferencia (social, política o religiosa) que viole los incontrovertibles dictados familiares. En esa familia todo es dulce y sensible, marginal e incontaminado por la rebeldía.
En este caso, para mantener unida a la familia, se requiere de dos fuerzas: la obediencia y la resignación. Las buenas costumbres no tienen otro objeto que fomentar esas virtudes. Por ejemplo, si la hija se atreve a desertar y elige al canalla que ama, está maldita: trágicamente se transformará en la madre soltera, en la esposa golpeada por el marido, en la mujer abandonada o en la futura prostituta que asedia el cine mexicano de finales de los cuarenta. El nombre de tal hija debe de ser excluido de la memoria y su sola mención estará prohibida. Ha muerto en vida, hasta que regrese, arrepentida, andrajosa, implorando el perdón patriarcal y familiar en la próxima Nochebuena.
La madre será la figura sumisa, que ama a su macho y obedecerá por sobre todas las cosas. Por un lado, el rol de los hijos varones es seguir los pasos de su padre para, además de no defraudarlo, en un futuro ocupar su lugar.
Así, en el cine de la época, se mostraba de manera exagerada lo que ocurría en la vida diaria de una familia; la gente, al ver las películas, se sentía identificada de cierta forma con los personajes, lo cual atrajo popularidad a la industria cinematográfica.
En cuanto al mariachi y la figura de Pedro Infante, nos damos cuenta de que éste representaría al papel del “pelado”; aquel que quiere divertirse, pelearse en cantinas y que “mientras más mujeriego, más macho”, además, un punto curioso, su madre era su máxima figura, lo cual lo relacionamos con el símbolo católico que ha podido mover masas y que en ese entonces representaba el amor maternal: la “virgen de Guadalupe”. Así, la gente, al encontrarlo simpático, lo idolatraba y no podía evitar vincularlo emocionalmente a su vida cotidiana,
Asimismo, encontramos que en la época, las películas iban más enfocadas a un grupo de adultos “maduros” dejando a un lado a la juventud. Si acaso aparecían en los filmes, eran con papeles secundarios. Esta se mostraba dividida en dos ámbitos: primero, si se hablaba de la clase pobre, los humildes jóvenes abandonaban sus estudios para trabar y dedicarse a un oficio, mientras que las jovencitas ya estaban dedicadas en la casa para ayudarle a su madre. Segundo, las clase media y media alta, en donde los jóvenes, apoyados por sus padres, estudiaban una carrera (una muestra extremista pues por lo general los enviaban al extranjero), y las mujeres, o, muy bien vestidas se quedaban en sus casas llenas de lujos a esperar que se les consiguiera un esposo que perteneciera a su misma clase, o bien, si querían tener una profesión, ésta sería de secretaria o maestra.
De esta forma, a través del cine, la música fue un complemento circunstancial para atraer la atención de la audiencia, dándole profundidad a las escenas acentuando las emociones del público asimismo, ir forjando hábitos en la vida cotidiana de éste.
Gracias a que se forjaron este tipo de hábitos y costumbres en la sociedad mexicana, se arraigaron más los antiguos valores, creando un nacionalismo profundo, al grado de que, actualmente, en el extranjero se relaciona a México con la imagen de aquella época.

5. El gran cambio: el cine y el rock and roll

5.1 La Televisión en México

Entre las causas que explican la decadencia del cine mexicano deben distinguirse, entre otras, el auge que experimentó la introducción de la televisión en los hogares mexicanos, fenómeno que se registró en todo el mundo.
Las primeras transmisiones de la televisión mexicana se iniciaron en 1950. Ese año entró en operaciones XHTV-Canal 4. XEWTV-Canal 2 y XHGC-Canal 5.
En pocos años, la televisión alcanzó un poder enorme de penetración en el público, especialmente cuando las tres cadenas se unieron para formar “Telesistema Mexicano”, en 1955.
Para 1956, las antenas de televisión eran algo común en los hogares mexicanos, y el nuevo medio se extendía rápidamente en la provincia.
El cine resintió de inmediato la competencia del nuevo medio. Esa competencia influyó decisivamente en la historia del cine, obligándolo a buscar nuevas vías tanto en su técnica, como en el tratamiento de temas y géneros.
A finales de los cincuentas, la crisis del cine mexicano era evidente para quienes conocían sus problemas económicos: el tono mismo de un cine cansado, rutinario y vulgar, carente de inventiva e imaginación evidenciaba el fin de una época. El mundo cambiaba y con ello el cine que se hacía en otros países. El cine mexicano, por su parte, se había estancado por líos burocráticos y sindicales. La producción se concentraba en pocas manos, y la posibilidad de ver surgir a nuevos cineastas era casi imposible, debido a las dificultades impuestas por la sección de directores del STPC. Tres de los estudios de cine más importantes desaparecieron entre 1957 y 1958: Tepeyac, Clasa Films y Azteca.

5.2 El nuevo cine: Galindo y los jóvenes

No es por azar que, hacia 1956-58, el cine mexicano descubra la existencia de un universo propio de los adolescentes. Para explicar ese fenómeno, pueden analizarse razones de diversas procedencias: sociales, económicas y sexuales.
En cuanto a las sociales, en esta época la delincuencia juvenil aumenta considerablemente. Los diarios brindan gran resonancia a los desmanes y escándalos de los adolescentes. Los actos gratuitos de los “juniors” de la clase en el poder se hermanan con la asociación delictuosa de pandillas de barrio bajo, que son llamadas de “rebeldes sin causa”. Empiezan a proliferar en la época, estudios, encuestas, campañas y redadas para frenar el “desquiciamiento de la juventud”.
En el aspecto económico, el cine mexicano debe competir, en cualquier terreno, con los gustos impuestos por el cine de Hollywood. Los éxitos de El salvaje de Lazlo Benedeck, con Marlon Brando, de Al este paraíso de Elia Kazan, con James Dean o del filme de Nicholas Ray Rebeldes sin causa, deben repetirse en beneficio de la rumiante industria nacional. Además, la veta virgen resulta excitante. Si los adolescentes forman un sector muy importante del público asistente a los cines y exigen la posibilidad de proyectar sus afanes e instintos sobre personajes de su misma edad, se trata de una circunstancia aprovechable.
Asimismo, las películas sobre el mundo de los adolescentes irrumpen en el cine mexicano inmediatamente después de la serie de filmes con “desnudos artísticos”. Siempre el cine mexicano, había empezado a balbucear la palabra “sexo”. El cuerpo femenino y, ahora, la enunciación de los conflictos eróticos de los adolescentes, representan dos mínimas formas de escape que pueden permitir en envilecimiento pequeñoburgués.
“No obstante, las películas de adolescentes del cine mexicano casi nunca rebasan los lineamientos del melodrama tradicional que rápidamente las asimila. La clase media posee, entonces, otro motivo de goce al ver como sus descendientes se apartan torpemente del buen camino; sabe que a fin de cuentas su moral no será trasgredida y los jóvenes, abrigándose en ella, encontrarán su salvación.” (Ayala Blanco, 1968: 192)
Así, el cine nacional en el sexenio Ruizcoritinista, halló la veta de una juventud agringada, inconforme y siempre amenazante, cuya culpabilidad podía ser compartida con los padres, pues éstos, desentendidos de la educación de sus hijos, los encauzaban hacia el rock and roll, las chamarras de cuero y el sexo sin ataduras. Pero también cabían otros jóvenes cuyos problemas no eran más complejos que ir a un baile juvenil, un partido de futbol o una fiesta de quince años; finalmente se abría Paso a la juventud (Martínez Solares, 1957). La amenaza del ruido rockero era el pretexto de La locura de Rock and Roll (Méndez, 1956). Al compás del Rock and Roll (Díaz Morales, 1956) y la curiosa Los chiflados del Rock and Roll (Díaz Morales, 1956. A su vez, los encuentros entre el Poli y la UNAM aparecían como alegoría de los enfrentamientos entre padres e hijos en ¡Viva la juventud! (Cortés, 1955).
“La moral conservadora que engendró a estos monstruos con acné y tobilleras, no encontró mejor solución que la experiencia adulta, la del padre de familia, el sacerdote, el maestro o de un comprensivo psicólogo.”(Gustavo García, 1997:37)
Fue Alejandro Galindo quien, al diseccionar la urbe y la familia clase mediera, enfrentó con alto sentido cívico los problemas de esa Edad de la tentación (1958), pero su primera preocupación había sido la virginidad de las adolescentes en Y mañana serán mujeres (1954). Productores, guionistas y público se preguntaban ¿Con quién andan nuestras hijas? (1955), indagaban El caso de una adolescente (1957) –ambas de Gómez Muriel- y protegían a la Quinceañera (Crevenna, 1958). Todo era válido, incluso un terremoto que salvaba de la ruina moral a varias atractivas Señoritas (Méndez, 1958), para convertirlas más tarde en Chicas casaderas (Crevenna, 1959). Galindo enfocó su discurso hacia la salvaguardia de esa juventud amenazada por una sociedad en la cual circulaban sin dirección divorciadas, hampones, drogadictos, estudiantes huelguistas y muchachas de cascos ligeros. “¿Su hijo lo quiere?”, “¿su hijo lo respeta?, “¿su hijo es su amigo?”, inquiría la publicidad de La edad de la tentación, sugiriendo un microsomos familiar de represión sexual con el que el cineasta replanteaba la fórmula de un cine juvenil y una apología de jóvenes descarriados, sin afecto ni comprensión familiar, condenados a ser Los hijos del divorcio (De la Serna, 1957). Galindo se percató de que Ellas también son rebeldes (1959); las jovencitas en una sociedad corrupta y materialista, requerían no sólo de padres atentos sino de un psiquiatra.
A partir de 1963, el cine de adolescentes decae; o mejor dicho, evoluciona. Los problemas sexuales quedan sustituidos por las voces melosas de los baladistas de moda. El género, ya desnaturalizado, cobra un segundo impulso. Es la era de los César Costa, Enrique Guzmán, Angélica María, Alberto Vázquez: los “ídolos de la juventud”. Este cine juvenil, incapaz de alcanzar la mayoría de edad, dio un giro que marca el debut del guionista español Luis Alcoriza, con Los jóvenes (1960), un intento serio de exponer al adolescente como un ser complejo y contradictorio.

5.3 La cultura Nortemericana: la llegada del rock and roll

En los años cincuenta y sesenta, el rock and roll proveniente de músicos como Bill Haley, Little Richard y especialmente de Elvis Presley, fue cantado en traducciones por grupo mexicanos en un proceso de imitación que se manifestó no sólo en lo musical, sino también en lo social. Se dice que esta época marca el rompimiento de la influencia europea en México y da cuenta de la influencia estadounidense en una juventud que importaba el esquema cultural después de permanecer en EE. UU. por razones de estudios o viajes.
Cuatro incidentes, todos involucrando la figura del cantante estadounidense Elvis Presley, relatan de manera muy especial el proceso algo borrascoso por el cual el rock and roll tuvo que pasar, en sus verdaderos inicios, en México y la guerra cultural que existe entre los dos países.
El primero ocurrió a finales de 1957, cuando el cantante declinó amablemente una invitación para cantar en Mexico, devolviendo el cheque que le había enviado un alto funcionario del gobierno. A la semana siguiente, salieron artículos en la prensa, de que Presley había insultado a las mujeres mexicanas[1] y que por consiguiente era homosexual. Presley pidió ser entrevistado por una radio local, y desmintió haberse expresado de esa manera, pero el daño ya estaba hecho.
En 1958 se produjeron disturbios entre dos pandillas, una pro-Presley y la otra en contra, en el cine Las Américas, sala de cine de lujo que mostraba, a la sazón, una película de Presley (King Creole) y cuyo resultado fue un muerto y varios heridos. A partir de ese momento, tanto el gobierno como las empresas disqueras, las empresas de radios y del espectáculo crean un mito negativo en torno a Presley y sus discos no son ya tocados en las estaciones de radio.
Luego de los incidentes anteriormente mencionados, que datan de 1958 a 1960, el rock en México despega de lleno en 1961 cuando grupos como Los Rebeldes del Rock, Los Teen Tops, Los Locos del Ritmo, Los Hooligans, Los Hermanos Carrión, Los Crazy Boys, Los Camisas Negras, entre muchos otros, empezaron a grabar versiones en español de éxitos de rock and roll en inglés de The Everly Brothers, Chuck Berry, The Platters y como ya se había mencionado, especialmente de Elvis Presley y Little Richard, entre otros.
El movimiento de rock en México causó, en sus inicios, tal furor entre las clases media y alta, que logró atraer la atención de los medios de comunicación masivos como la televisión y el cine. Pero sobre todo de la juventud que buscaba un espacio en la sociedad para externar sus inquietudes y sus aspiraciones.
Al igual que en EE. UU. y a consecuencia de los disturbios acaecidos durante la presentación de películas de Presley en cines de la capital mexicana, ciertos sectores de la sociedad vieron con horror la proliferación del movimiento, que de hecho se vio estancado a mediados de la década, pues los y las cantantes de los grupos se volvieron solistas para iniciar carreras de baladistas, que en realidad ya poco tenían que ver con el rock and roll. A partir de 1962 las necesidades del mercado discográfico y la búsqueda de equivalentes mexicanos a los solistas estadounidenses propician las desintegración de los grupos, de los cuales pocos logran sobrevivir, y en esta época, en México, las estrellas juveniles (solistas) figuran en la cinematografía con mayor frecuencia que los muchas veces ignorados, grupos musicales.
Dentro del ámbito social que se gestaba en el mundo a raíz del surgimiento de artistas como Bill Haley, Elvis Presley y figuras como James Dean, México también resultó influenciado por ese movimiento cultural, en el cual la juventud manifestaba su rebeldía a los patrones sociales y de moda impuestos por los adultos. En ese sentido, la necesidad creciente de tener una identidad propia dentro de la sociedad orilló a los jóvenes de aquella época a buscar una imagen con la cual pudieran identificarse (vestimenta diferente y, sobre todo, música que fuera acorde a sus inquietudes y que se convirtiera en un elemento común) La influencia norteamericana era, pues, inevitable, dada la cercanía geográfica de Estados Unidos con México. Los gustos musicales de aquel entonces variaban desde la música ranchera tradicional a los boleros, pasando por la música tropical; por tanto, la juventud estaba limitada a esos géneros. Al conocerse ese movimiento cultural se suscita el comienzo de esta moda en México. Inicialmente, la influencia se hizo patente en artistas clásicos como Gloria Rios, Agustín Lara , Pedro Vargas y Pablo Beltrán Ruiz, pero inmediatamente comenzaron a surgir artistas improvisados, por un lado, y por otro verdaderas agrupaciones de jóvenes deseosos de incursionar en el "nuevo género musical" y no sólo eso, sino también aspirantes a lograr notabilidad y fama a través de interpretar "covers" de la música en inglés que les gustaba.

5.4 Los "Teen Tops"

Este grupo formado en la década de los sesenta, es un claro ejemplo del éxito que tuvieron los covers en español de la música gringa del género del rock and roll.
La historia de Los Teen Tops, comenzó en el Deportivo Chapultepec de la Ciudad de México, donde solían practicar patinaje. Entre el gusto del ir y venir sobre ruedas, surgió la idea de formar un conjunto musical y vaya que lo hicieron. El grupo original estaba formado por: Enrique Guzmán, Jesús “Tutti” Martínez, Armando “Manny” Martínez, Sergio Martell y Rogelio Tenorio.
En abril de 1960 graban sus primeros sencillos para el sello Columbia; Rock de la Cárcel, Confidente de Secundaria, Buen Rock Esta Noche y La Plaga. Este fue el inicio de una brillante carrera, incluso en México se dice que no puede haber una fiesta verdadera si no se toca música de ellos.
En ese mismo año aparece su primer disco de larga duración el cual se convierte en todo un suceso ya que todas las canciones incluidas en el LP fueron éxitos. En 1961 lanzaron su segundo Long Play con nuevos éxitos como Rock Nena Linda, Anoche no Dormí, Presumida, Pensaba en ti, Rock del Río Rojo, Maybelline, Voy Bien o me Regreso, Ven Johnny Ven, Bailando el Twist y otros.
Su tercer LP los consolidó en los primeros lugares de popularidad con temas como; La Suegra, Zapatos de Ante Azul, Que Tal Marilú, A Tu Puerta Toqué, Una Gran Fiesta, Quién Puso el Bump y el súper hit: Popotitos.
Por cierto, fue el último disco que grabaron con Enrique Guzmán debido a que éste decidió continuar su carrera como solista. Entre 1960 y 1963 los Teen Tops grabaron cinco discos de larga duración para CBS Columbia, tres de ellos con Enrique Guzmán y los otros dos con Gastón Garcés, aunque algunas canciones fueron realizadas con Julio Carranza y César Cervera.

5.5 Enrique Guzmán



El artista mexicano más popular en los sesenta fue Enrique Alejandro Guzmán Vargas, nacido en Caracas, Venezuela el 1º. de febrero de 1943. Sus padres Doña Elena Vargas y Don Jaime Guzmán lo registraron mexicano y regresaron a México, su país natal, cuando Enrique era apenas un niño.
Al integrarse a los Teen Tops, empezó su larga trayectoria artística. En 1961 ya convertido en todo un ídolo juvenil en México y en varios países latinoamericanos, José de Jesús Hinojosa, Director Artístico de la compañía disquera CBS, lo lanzó como solista con la canción Mi Corazón Canta; aunque paralelamente Enrique continuó grabando y actuando con los Teen Tops hasta 1962, año en el que dejó definitivamente al grupo para consolidarse como cantante.
Grabó alrededor de 12 discos de larga duración en los años sesenta, de los cuales se desprendieron una larga lista de éxitos: Tu cabeza en mi hombro, Mi Corazón Canta y Secretamente en 1961, Muñequita, 100 Kg De Barro, Harlem Español, Te amaré toda la vida, Te Necesito y Dame Felicidad en 1962, Payasito, Princesita, Lo Sé, Vida y Oye en 1963; Te seguiré, Oye Niña y Más en 1964; Tu voz y Abrázame Fuerte en 1965, Acompáñame, Amigos y Novios y Buen Viaje en 1966 y Ángel de mi vida en 1969, entre muchísimas otras.
Como actor tuvo una amplia filmografía desde 1961, año en el que ingresó al terreno de la actuación realizando alrededor de 30 películas entre las que destacan: “Twist, locura de juventud”, “Mi vida es una canción” (1962) con Angélica María, “Vivir de sueños” con Angélica María y Manolo Muñoz, “Canta mi corazón”, “Cuando los hijos se van”, “Los hijos que yo soñé”, “Mi Alma por un amor” (1963) con Angélica María y Manolo Muñoz, “La juventud se impone” con César Costa, “Como perros y gatos” con Angélica María, “Nacidos para cantar”, "Especialista en chamacas”, “Como dos gotas de agua” con Pili y Mili,etc.Enrique Guzmán filmó también una película en Hollywood junto a Boris Karloff y Christa Linder llamada “The incredible invasion”. Además participó en algunas obras de teatro como “Sugar” y programas de televisión entre los que destacan Silvia y Enrique y Bartolo. En 1967 ya como artista consagrado, se casó con la actriz mexicana Silvia Pinal, hecho que causó gran revuelo en el medio artístico debido a la diferencia de edades que existía entre ambos. Con todo y el escándalo la pareja procreó dos hijos, Alejandra Gabriela y Luis Enrique Guzmán Pinal, siendo Alejandra Guzmán la que siguió la carrera de sus famosos padres y ahora es una reconocida cantante en toda Latinoamérica. El matrimonio de Enrique y Silvia se disolvió en 1974.

5.6 Algunas canciones "rockanroleras"

Popotitos
Mi amor entero es de mi novia popotitos
Sus piernas son como un par de carricitos
Y cuando a las fiestas lo llevo a bailar
Sus piernas flacas se parecen quebrar
Popotitos no es un primor
Pero baila que da pavor
A mi popotitos yo le di mi amor
Popotitos baila rock and roll
Y no la ves ni con la luz de sol
Es tan delgada que me hace pensar
Que en plena lluvia no se va a mojar
Cuando hay aire fuerte parece volar
A miss universo nunca va a llegar
Con mi popotitos me voy a casar
De aquí en adelante la voy a alimentar

A diferencia de la música ranchera, y de mariachi, el rock and roll es un genero que denota alegría, y ganas de vivir bailando, habla del amor pero muy diferentemente de lo que ya se había planteado, esta vez no se exalta la belleza de la mujer sino, que sus defectos se le suaviza y toma un poco un aire de burla.

Tu cabeza en mi hombro.
Tu cabeza en mi hombro,quiero yo tener, siempre,
acaríciame, cielo,si me quieres tú.
Quiero tener tus labios,
demuestra que me quieres
,un beso tuyo, nena,de dudas me sacará.
Quiero ver,si es verdad,
que amor nunca existió,quiero saber,
si no es verdad,que a ti yo te interesé.
Tu cabeza en mi hombro,
me dirá ahora, nena,lo que siempre, he dudado,
que me quieres de verdad.
Tu cabeza en mi hombro,
me dirá ahora,
nena,
lo que siempre, he dudado,
tu cabeza en mi hombroooo.

Esta canción que podría decirse de que es muy diferente a la otra, ya que este refleja un poco mas de ternura y confusión.

La Plaga
Hay viene la plaga,
me gusta bailar
Hay viene la plaga,
me gusta bailar
Y cuando estoy rock'and rolleando
Soy el rey del lugar
Mis jefes me dijeron
Ya no bailes rock and roll
Si te vemos con la plaga
Tu domingo se acabó
Vamos con el cura
Que ya me quiero casar
No es que sea muy bonita
Pero me gusta bailar

En esta otra canción, igual que la primera, contiene una cultura más libre, hasta podría decirse rebelde, habla sobre llevar la vida con tintes alegres y felices, lo que más les importa es bailar.

5.7 Análisis

En este aspecto, nos cuestionamos el por qué el “desquiciamiento de la juventud” el que hablamos anteriormente. Existen varios puntos que nos llevan a reflexionar a cerca de ello.
Primero, pareciera que al morir Pedro Infante, muere también esa etapa del cine de oro mexicano, dejando a un lado la imagen del mariachi y de cierta forma, las familias conservadoras.
Por un lado, aparece la figura norteamericana como modelo económico, tecnológico y social, demostrando que se puede llevar a cabo una vida más fácil y rápida. México no se podía quedar atrás y comienza a adoptar estas costumbres norteamericanas. A su vez, con el crecimiento de la industria tanto cinematográfica como discográfica, fue más fácil adoptar dicho modelo.
A esto hay que sumarle la llegada de la televisión en los hogares mexicanos, la cual sería un nuevo medio para introducir ideologías que se orientarían hacia una “modernidad”.
Al tener contacto con la televisión en sus propios hogares, la juventud toma como guía para su comportamiento el nuevo papel de “libertad” que mostraba ya la sociedad norteamericana, la cual, con figuras como Elvis Presley y Marilyn Monroe, se adoptaban su manera de vestir, de pensar y de comportarse.
En este punto se hacen a un lado las clases bajas, mostrando en las películas, a una sociedad con facilidades económicas en donde se dedican a divertirse, a “estudiar”, a viajar, a bailar rock and roll, introduciendo los vicios del cigarro y el alcohol, reafirmando en los hombres el machismo que aún conservan.
Las jovencitas mantienen su modo conservador y su respeto hacia su padre; sin embargo siempre llega el momento en el cual se revela contra sus costumbres e ideales de sus padres, para irse con el novio, en esta ocasión ya no tanto para contraer matrimonio, sino para continuar divirtiéndose bailando al ritmo del twist y el rock and roll.
Ahora bien, se plantea un nuevo concepto: la modernidad(1) en donde encontraremos ala industrialización de la producción, que transforma el conocimiento científico en tecnología, crea nuevos medios humanos y destruye los viejos, acelera el ritmo de la vida, genera nuevas formas de lucha de clases; sistemas de comunicación masivos, que envuelven y unen a las sociedades y las gentes más diversas: estados nacionales cada vez más poderosos, que se estructuran y operan burocráticamente y se esfuerzan constantemente por extender sus dominios; movimientos sociales masivos de la gente y de los pueblos, que desafían a sus gobernantes políticos y económicos, Intentando ganar algún control sobre sus vidas; y finalmente, un mercado mundial capitalista siempre en desarrollo tratando de imponer su ideología ante una sociedad manipulable.
(1)La palabra “Moderno”, en su forma latina “Modernus”, se utilizó a fin de distinguir el presente Cristiano del pasado romano pagano

Conclusiones

En primera, se puede tratar al nacionalismo en la década de los 40 si recordamos que el “mariachi” se consolidó como cultura mexicana. En ese entonces se tenía una exagerada idea del “machismo”, la “mujer sumisa” y la “familia tradicional”. El macho mexicano –como lo comenta Samuel Ramos en su libro “el psicoanálisis del mexicano”- quería exaltar el gusto por su patria y su nacionalidad. Si se pensaba en México se visualizaba un mariachi. Sin embargo, hablando en un contexto mundial, después de la primer gran guerra, Estados Unidos triunfa con su capitalismo; uno de los factores que influirían en este aspecto, sería la creación de los medios de comunicación de masas, y que, posterior a las segunda guerra mundial, ya estaría bien establecido. Con esto, llegaría la industria cultural de masas (cine, televisión, tecnología) para mostrarle a México una forma de modernizar la cultura., dando inicios a la globalización. En este caso, sería el consumismo el medio de expansión del mercado internacional. Por su puesto, nuestro país no se podría quedar atrás e intentó copiar toda esta nueva cultura de lo nuevo y del rock and roll. Un punto importante, es que fue adoptado a través de la “cultura dominante”, de las clases media y media alta, y que poco a poco se difundiría en el resto de la sociedad. México adoptó superficialmente sus modas, su música y el estilo que mostraban los norteamericanos a través de sus “nuevos productos” que prometían una forma de vida más fácil, dándole a la mujer la oportunidad de desenvolverse en otras áreas que no fueran el hogar. El problema, es que México no lo imitó a perfección, sino que ahora sería una extraña mezcla entre lo nuevo y lo viejo, entre machos y rock and roll. Superficialmente los muchachos estarían vestidos de chamarras de cuero y las chicas de faldas amponas, pero en el fondo seguían ocupando los mismos roles que años atrás.


Analizando el aspecto del pensamiento sobre la modernidad, éste, según Berman Marshall, está divido en dos compartimentos diferentes: modernización en la economía y la política, y modernismo en el arte, la cultura y la sensibilidad. Con vidas controladas por una clase dominante con intereses creados en el cambio, pero también en la crisis y el caos, para las que la estabilidad es sinónimo de muerte. En esta autodestrucción innovadora se ubica el drama del hombre moderno que debe apartar a los económicamente ineficientes y expandirse de manera cada vez más ingeniosa e innovadora conduciendo incluso a que los valores sean convertidos en valores de cambio.


Así, a lo largo de este trabajo, adoptamos el concepto de "modernidad" como un proceso en donde la antiguo se desmoronó, en donde se quiere dejar atrás las costumbres tradicionales arraigadas a los valores familiares, y en donde lo nuevo aparece como un futuro "estridente" y de "aparente libertad", en donde resaltará la figura Norteamericana como el máximo ejemplo a seguir, pues ella ya traía ese movimiento "rebelde" que crearía una rebelión en los jóvenes haciéndolos creer que al copiarlos, serían automáticamente libres. Así, su manera de sentir sigue siendo la misma; los mismo idolatraba a Pedro Infante la copia de "la chorreada" mientras hacía la limpieza de su casa y escuchaba "amorcito corazón", que la chava con su falda ampona creyéndose rebelde mientras bailaba "la plaga".


Sin embargo, existe un punto que diferencia una generación de otra, y esta es, como ya lo había dicho, la llegada de la globalización. México se despegó de sus raíces y sus costumbres, para formar parte del globo unido por medio de una gran industria cultural de masas, siendo los jóvenes su magnífico blanco. Llegó a ellos, implantó modas y, está más que claro, fragmentó a la sociedad mexicana llevándose con ello su esencia nacional que la caracterizaba.


Esto nos induce a una situación difícil con respecto a la modernidad. Si bien, ser modernos es encontrarnos en un medio ambiente que nos promete aventura, poder, alegría, crecimiento, transformación de nosotros mismos y del mundo; sin embargo, al mismo tiempo amenaza con destruir todo lo que tenemos, lo que sabemos y lo que somos. Se plantea a la modernización como la unión de la humanidad (¿globalización?)No obstante, creemos que esta unión es paradójica. Es una unión de la desunión: nos arroja a un remolino de desintegración y renovación , de conflicto y contradicción. Aquí es cuando podemos citar aquella célebre frase de Marx, pues ser modernos es ser parte de un universo en el que “todo lo que es sólido se desvanece en el aire”.


Resulta curioso cómo en los 60, se plantea un mundo moderno; aquellos que pueden viajar al extranjero descubren un nuevo mundo lleno de nuevas emociones, dejando a un lado aquellos valores ya "pasados de moda" que les recuerdan a sus padres y a sus abuelos; ven a un nuevo mundo en donde existen las lavadoras, en donde todo resulta más fácil. Así, llegan a México, e intentan imitar esa nueva cultura que significaba "modernidad"; el mejor medio sería la industria cultural de masas. Por azares del destino, al mismo tiempo moría Pedro Infante y la gente lloraba por el recuerdo, por aquello que rápidamente se desmoronaba; lloraban por un pasado que les recordaba el silvido de "Amorcito Corazón" y las peleas de cantina. Mientras, aquellos viajeros, en su sector, balbuceaban el concepto de rebeldía y rock and roll. Habían visto que existía un Elvis Presley y una película que se llamaba "Rebeldes sin causa". Tenían el cine, la música y por supuesto, algo nuevo llamado televisión. Se comienza a correr el rumor entre las clases altas, hasta que, sin darse cuenta, una nueva moda había llegado a México. Surge la magnífica idea de hacer en español aquellas canciones que ya habían pegado en Estados Unidos. Le habían dado al punto exacto por el cual introducir este nuevo modelo de vida, pues ya no era Pedro Infante, sino Enrique Guzmán la fantasía de las chicas. Aquel ícono sería perfecto para que lops jóvenes ahora bailaran y cantaran emocionados al ritmo del rock and roll mientras usaban sus chamarras de cuero, y así, "modernizaran la cultura mexicana".

Pero, ¿realmente era una nueva cultura mexicana? ¿o era una simple imitación?
Ahora se nacionalizaba la cultura americana; se implantaba como nuestro. La cultura dominante lo implantó a su gusto, haciendo una mezcla extraña de lo nuevo con lo tradicional. Los valores seguían siendo lo mismo, pero ahora tenían un nuevo disfraz. Se planteaba una globalización; pero lo único que se lograba (¿se logra?) es un “acercamiento” a ella. El intercambio siempre ha sido unilateral; sólo se ha intentado copiar un estilo de vida que promete ser mejor, más sigue sin lograrse. Sólo existe una gran desorganización política y una perfecta fragmentación de la sociedad, con una embarrada de estilo norteamericano mal logrado, mezclado con el espíritu nacionalista que pervive en los valores tradicionales.



Para concluir, cabe mencionar la cuestión artística. La música y el cine han sido siempre una forma de expresión cultural de los pueblos y de las personas a través de la que se expresa la creatividad. Ambos son arte, pero tales manifestaciones musicales van unidas a las condiciones culturales, económicas, sociales e históricas de cada sociedad. Para poder comprender un tipo de música o una película en concreto es necesario estudiarlo dentro del contexto cultural en el que ha sido creado, ya que la música no está constituida por un agregado de elementos, sino por procesos comunicativos que emergen de la propia cultura. La música es un medio para percibir el mundo. Un instrumento de conocimiento que incita a descifrar una forma sonora de la cultura; sin embargo, nos damos cuenta de que el consumismo se ha convertido en el patrón de la producción musical. Por tanto, entender la música en la postmodernidad implica comprender la industria musical, sus mutaciones y tendencias.

Bilbiografía

Emilio Riera "historia documental del cine mexicano"
Rey Barradas "los desafios de la globalización en mexico"
Jorge Ayala "la aventura del cine mexicano"
Schiekel "cine y cultura de masas"
"todo lo sólido se desvanece en el aire" de Marshall Berman
García, Gustavo “Época de oro del cine mexicano”, Clío, I°a edición, México, 1997. Pp. 36 y 37
Gilles Lipovetsky: La felicidad paradójica. Ensayo sobre la sociedad de hiperconsumo (Anagrama, 2007)
Erik Zolov, "Rebeldes con causa"

lunes

Fuentes

Antes de iniciar nuestra investigación, se nos ha pedido que busquemos algunas fuentes en donde se contenga información sobre lo que será nuestro trabajo; además, si es posible, ubicar algunos proyectos de investigación que ya se hayan realizado sobre nuestro tema.

Estas son páginas de internet en donde se habla del rock and roll (su historia, íconos, datos curiosos):

http://rockenmexico2.tripod.com/
http://tobbys1.tripod.com/rockandrollfronterizodelos60s/index.html
http://www.eluniversal.com.mx/guiaocio/357937.html
http://es.geocities.com/imaginajavierpalomares/arcoirisdelrockandroll.html
http://sepiensa.org.mx/contenidos/s_josea/imprime.htm
(entrevista)
http://www.delmariachi.com/home.swf
http://fi.uaemex.mx/lorenaemg/articulos_interesantes/El%20mariachi_020108.pdf
(anterior investigación)

A continuación, mostramos algunos libros de donde podríamos obtener información:

“Canciones de nuestra época”, Gonzalo Guetiérrez.

“Estremécete y Rueda: loco por el rock and roll”, Federico Rubli.

“Huaraches de ante azul: historia del rock mexicano”, Federico Arana.

“Rockstalgia”, Víctor Blanco Labra. “Rock Mexicano: ahí la llevamos Cantinfleando”, Merced Belen Valdes Cruz
(este libro tiene historias detalladas de los grupos de esa época)

“La nueva música clásica”, José Agustín.

“Origen e historia del mariachi”, Hermes, Rafael.

“El mariachi de cocula”, Hermes, Rafael.

“Los primeros mariachis en la ciudad de México, guía para el investigador”. Hermes Rafael.

“El Mariachi”.Jesús Juáregui.

Además, encontramos algunos libros y trabajos en donde ya se ha hablado del tema. Entre ellos están los siguientes:

*“Rebeldes con causa” Erick Zolov.

* "la investigación artística mexicana en el siglo XX: la experiencia oficial del departamento de bellas artes y del instituto nacional de bellas artes"

Margarita Tortojada Quiroz http://www.culturayrs.org.mx/revista/num4/Tortajada.html

* La construcción social y cultural de la música

Hernán Ibarra http://www.flacso.org.ec/docs/ibarra19.pdf

* La música durante la independencia y la reforma

Anastasia Guzmán Vázquez http://sepiensa.org.mx/contenidos/micromusica/musica2/musica1.html
http://cenedic.ucol.mx/ccmc-construccion/recursos/6369.pdf

* Las bandas musicales mexicanas

Henry Roa http://www.mexfoldanco.org/musicSP.shtml

* Música tradicional mexicana

Carmen Gabriela Lozada Http://www.cielitolindoco.com/cielitolindoCoEsp3.htm