viernes

4.2 El cine mexicano: Pedro Infante e Ismael Rodríguez. (1945-1954)

Ismael Rodríguez había tenido la formación natural de los grandes cineastas de la época: una vida precaria en Estados Unidos, una cinefilia insaciable y periodos como asistente junto con sus hermanos.
Cuando pasó a dirigir, sabía desde cómo iluminar hasta cómo cargar una cámara y revelar un rollo; pero también tenía un mundo propio y una visión paródica, excesiva, paradójica, de las convenciones cinematográficas y del México que registraba y el que debía registrar.
El encuentro de Ismael y Pedro fue el de dos diamantes en bruto. Su equipo de apoyo cobró forma desde “Cuando lloran los valientes” (1945); lo demás fue la gradual elaboración del mayor mito de la cultura popular mexicana, por medio de un puñado de películas, cada una más audaz que la anterior, aunque reiterando siempre una inversión de roles: la mujer virilizada (la abuela regañona de Los tres García, la mujer-hombre enamorada del delicado García poeta en Vuelven los García; la niña empistolada y escupidora de Los tres Huastecos), la familia incompleta y en crisis, en la que Pedro Infante encarna los valores más firmes del mexicano atrapado en la precariedad (Los tres García son huérfanos; Nosotros los Pobres y Ustedes los Ricos es la saga de una familia desmenuzada por la miseria, de un Pepe el Toro que no puede enamorarse por atender a la sobrina y a su madre que acaba velando el cadáver carbonizado de su hijito; en La Oveja Negra, el hogar es un infierno desmoralizado por el patriarca). Todo sentimiento es expresado con demasía mediante argumentos barrocos y aun sorpresas tecnológicas (La triplicación del actor en Los tres Huastecos, las mutilaciones físicas de Nosotros los Pobres y Ustedes los Ricos). El inmenso público con que contaban Infante y Rodríguez era un homenaje a los que padecían mental y físicamente.

No hay comentarios: